Resumir la grandeza de Cosmic Psychos en unas pocas lineas es tarea muy difícil, pero si hay algo seguro es que desde que se formaron en las afueras de su Melbourne natal hace 40 años hasta la fecha, por mucho que haya cambiado el mundo, la banda sigue fiel a sus principios: pepinazos regados con cerveza lejos de modas y corrientes.
Con un montón de discos en los sellos de punk-rock más prestigiosos (Sub-Pop, Shock, Amphetamine Reptile, Man´s Ruin entre otros) y giras por todo el mundo, y pese a ser buenos amigos de coetáneos como Mudhoney o Pearl Jam, con los que tocaron en un concierto en Melbourne en el que no se cortaron en enseñar el culo a sus fans porque éstos les pitaron durante los 40 minutos que duró su show, y que popes como Butch Vig, (productor entre otros del “Nevermind” de Nirvana), se encargara del sonido de su disco “Blokes You Can Trust”, pudiendo enfocar su carrera hacia cotas más altas, nunca han querido y no han dejado sus otros trabajos. Tocan cuando pueden y todavia no nos creemos que vayan a cruzarse el mundo para venir al Funtastic.
Ross Knigth al bajo y voces, John McKeering a la guitarra y voces y Dean Muller la batería, vienen a demostrarnos que la vieja fórmula del pub-rock, la cerveza y el fuck off está más candente que nunca y si alguien es culpable de la explosión punk australiana de la actualidad con The Chats o Amyl and The Sniffers a la cabeza entre otras docenas de grupos, son ellos. De hecho gracias o por culpa de estas bandas, que no paran de decir que han sido su mayor influencia, se prodigan un poco más y ahora mismo están de gira por EEUU con The Chats.
En palabras Ross: “La banda es un hobby porque no podría inspirarme ni pensar en escribir sobre nada si fuera a tiempo completo. Eso sería muy aburrido. Tienes que golpearte el dedo del pie. Tienes que preocuparte por no arruinarte.Tienes que tener resaca. Tienes que separarte de tu pareja. Tienes que tener niños de los que preocuparte y todo ese tipo de cosas. Si simplemente viajas en un autobús elegante y vuelas alrededor del mundo, ¿sobre qué diablos se supone que debes escribir?